Page 18 - buzon_223
P. 18
18 Buzón abierto
comprensión lectora, habilidades esenciales para el La figura del maestro lector:
aprendizaje académico en todas las áreas curriculares. condición indispensable para una
educación literaria significativa
– Dimensión lingüística: la exposición temprana a la
lengua escrita enriquece la competencia comunicativa. Un aspecto fundamental para el éxito de cualquier programa
Los niños que leen con frecuencia desarrollan una ma- lector es la figura del maestro como lector modelo. No se pue-
yor conciencia metalingüística, identifican estructuras de fomentar el gusto por la lectura si quien media no disfruta
narrativas complejas y reconocen diversos registros y ni valora la experiencia literaria. El maestro lector es aquel que
géneros discursivos. lee por placer, que conoce la literatura infantil contemporánea,
que selecciona con criterio y sensibilidad, y que transmite su
– Dimensión emocional y social: la lectura favorece pasión por los libros a sus estudiantes. Como señala Michèle
la regulación emocional, la identificación de valores, Petit (1999), “la lectura se transmite menos por obligación que
la construcción de la identidad y la comprensión de la por contagio emocional”.
otredad. A través de los textos, los niños aprenden a
nombrar lo que sienten, a reflexionar sobre situaciones Es imprescindible, por tanto, que la formación inicial y continua
éticas y a posicionarse críticamente frente a los relatos del profesorado incluya espacios de lectura literaria, reflexión
que consumen. crítica, análisis textual y estrategias de mediación. Los docen-
tes deben convertirse en promotores culturales capaces de
– Dimensión cultural: leer implica ingresar a una comu- construir comunidades lectoras en el aula, generando rituales,
nidad de sentido, compartir referentes simbólicos, dia- conversaciones y experiencias compartidas en torno al libro.
logar con otras voces y construir una ciudadanía cultu-
ral. La literatura infantil, en particular, permite acercar
a los niños a tradiciones, costumbres y narrativas que La lectura en tiempos digitales:
conforman el acervo colectivo. desafíos y oportunidades
En la actualidad, el ecosistema lector se ha transformado pro-
El hábito lector: una práctica que se construye fundamente con la irrupción de los medios digitales. Lejos de
oponer la lectura tradicional al consumo audiovisual, es ne-
El hábito lector no surge de manera espontánea ni automá- cesario pensar en formas de complementariedad, donde las
tica: es el resultado de una socialización lectora sostenida, tecnologías se convertirán en aliadas del fomento lector. Pla-
afectiva y significativa. Los primeros años de vida son espe- taformas de lectura digital, audiolibros, aplicaciones interacti-
cialmente sensibles en la conformación de actitudes hacia la vas y narrativas transmedia pueden ser herramientas valiosas
lectura. Como plantea Emilia Ferreiro (2000), el contacto con si son seleccionadas con criterio pedagógico y acompañadas
el lenguaje escrito debe darse en contextos funcionales y cul- de una mediación activa.
turalmente significativos, donde el niño perciba la utilidad, la
belleza y el poder de la palabra impresa. No obstante, es fundamental no perder de vista el valor in-
sustituible del libro como objeto cultural: su materialidad,
En este proceso, la familia y la escuela desempeñan un papel su ritmo, su autonomía frente a las pantallas y su capacidad
insustituible. La creación de un entorno alfabetizador, rico en para generar un tiempo de interioridad. Fomentar la lectura en
estímulos escritos, es una condición necesaria para el desa- papel, especialmente en la infancia, permite contrarrestar la
rrollo de lectores activos y críticos. Algunos elementos clave fragmentación de la atención, cultivar la profunda concentra-
para fomentar el hábito lector desde edades tempranas son: ción y recuperar el goce estético de la palabra escrita.
– La lectura en voz alta desde la primera infancia, reco-
mendada por autores como Jim Trelease (2006), ya que
fortalece los vínculos afectivos, desarrolla la escucha
atenta y sienta las bases de la competencia narrativa.
Conclusión
– La disponibilidad y accesibilidad de libros en el en-
torno cotidiano, con una selección variada de géne- El fomento de la lectura en la infancia debe entenderse como
ros, autores, formatos y temáticas que permiten a los una responsabilidad compartida entre la escuela, la familia y
niños encontrar textos que les resulten significativos. la comunidad. Lejos de ser una competencia exclusivamente
instrumental, la lectura es una forma de estar en el mundo, de
– La mediación literaria del adulto, que acompaña, comprenderlo y de transformarlo. Apostar por una educación
pregunta, sugiere, escucha y guía la experiencia lecto- literaria profunda, sensible y sostenida es apostar por una in-
ra. El docente, en este sentido, no solo enseña a leer, fancia más libre, más crítica y más plena. En este contexto, el
sino que “invita a habitar el texto” como espacio de maestro se erige como guía, testigo y acompañante en ese via-
juego, pensamiento y exploración. je hacia el universo de los textos, donde cada niño y niña des-
– El respeto por los ritmos y preferencias lectoras, cubre no solo las palabras, sino también las múltiples formas
evitando la imposición y promoviendo una relación li- de habitar la realidad. Porque leer no es únicamente descifrar
bre, placentera y personal con los textos. signos, sino abrir ventanas al asombro, al pensamiento y a la
emoción. Que nunca falten los libros en las manos pequeñas,
– El uso de proyectos interdisciplinarios, donde la ni los adultos que crean en su poder: el de sembrar en el alma
lectura tiene un sentido funcional y transversal, permi- el deseo de conocer, de imaginar y de ser. Solo así, entre pági-
tiendo conectar la literatura con la ciencia, el arte, la nas y silencios compartidos, se construye una infancia verda-
historia o la vida cotidiana. deramente luminosa.