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              comprensión lectora, habilidades esenciales para el   La figura del maestro lector:
              aprendizaje académico en todas las áreas curriculares.  condición indispensable para una
                                                               educación literaria significativa
           –  Dimensión lingüística: la exposición temprana a la
              lengua escrita enriquece la competencia comunicativa.   Un aspecto fundamental para el éxito de cualquier programa
              Los niños que leen con frecuencia desarrollan una ma-  lector es la figura del maestro como lector modelo. No se pue-
              yor conciencia metalingüística, identifican estructuras   de fomentar el gusto por la lectura si quien media no disfruta
              narrativas complejas y reconocen diversos registros y   ni valora la experiencia literaria. El maestro lector es aquel que
              géneros discursivos.                             lee por placer, que conoce la literatura infantil contemporánea,
                                                               que selecciona con criterio y sensibilidad, y que transmite su
           –  Dimensión emocional y social: la lectura favorece   pasión por los libros a sus estudiantes. Como señala Michèle
              la regulación emocional, la identificación de valores,   Petit (1999), “la lectura se transmite menos por obligación que
              la construcción de la identidad y la comprensión de la   por contagio emocional”.
              otredad. A través de los textos, los niños aprenden a
              nombrar lo que sienten, a reflexionar sobre situaciones   Es imprescindible, por tanto, que la formación inicial y continua
              éticas y a posicionarse críticamente frente a los relatos   del profesorado incluya espacios de lectura literaria, reflexión
              que consumen.                                    crítica, análisis textual y estrategias de mediación. Los docen-
                                                               tes  deben  convertirse  en  promotores  culturales  capaces  de
           –  Dimensión cultural: leer implica ingresar a una comu-  construir comunidades lectoras en el aula, generando rituales,
              nidad de sentido, compartir referentes simbólicos, dia-  conversaciones y experiencias compartidas en torno al libro.
              logar con otras voces y construir una ciudadanía cultu-
              ral. La literatura infantil, en particular, permite acercar
              a los niños a tradiciones, costumbres y narrativas que   La lectura en tiempos digitales:
              conforman el acervo colectivo.                   desafíos y oportunidades
                                                               En la actualidad, el ecosistema lector se ha transformado pro-
        El hábito lector: una práctica que se construye        fundamente con la irrupción de los medios digitales. Lejos de
                                                               oponer la lectura tradicional al consumo audiovisual, es ne-
        El hábito lector no surge de manera espontánea ni automá-  cesario pensar en formas de complementariedad, donde las
        tica: es el resultado de una socialización lectora sostenida,   tecnologías se convertirán en aliadas del fomento lector. Pla-
        afectiva y significativa. Los primeros años de vida son espe-  taformas de lectura digital, audiolibros, aplicaciones interacti-
        cialmente sensibles en la conformación de actitudes hacia la   vas y narrativas transmedia pueden ser herramientas valiosas
        lectura. Como plantea Emilia Ferreiro (2000), el contacto con   si son seleccionadas con criterio pedagógico y acompañadas
        el lenguaje escrito debe darse en contextos funcionales y cul-  de una mediación activa.
        turalmente significativos, donde el niño perciba la utilidad, la
        belleza y el poder de la palabra impresa.              No obstante, es fundamental no perder de vista el valor in-
                                                               sustituible del libro como objeto cultural: su materialidad,
        En este proceso, la familia y la escuela desempeñan un papel   su ritmo, su autonomía frente a las pantallas y su capacidad
        insustituible. La creación de un entorno alfabetizador, rico en   para generar un tiempo de interioridad. Fomentar la lectura en
        estímulos escritos, es una condición necesaria para el desa-  papel, especialmente en la infancia, permite contrarrestar la
        rrollo de lectores activos y críticos. Algunos elementos clave   fragmentación de la atención, cultivar la profunda concentra-
        para fomentar el hábito lector desde edades tempranas son:  ción y recuperar el goce estético de la palabra escrita.

           –  La lectura en voz alta desde la primera infancia, reco-
              mendada por autores como Jim Trelease (2006), ya que
              fortalece los vínculos afectivos, desarrolla la escucha
              atenta y sienta las bases de la competencia narrativa.
                                                               Conclusión
           –  La disponibilidad y accesibilidad de libros en el en-
              torno cotidiano, con una selección variada de géne-  El fomento de la lectura en la infancia debe entenderse como
              ros, autores, formatos y temáticas que permiten a los   una responsabilidad compartida entre la escuela, la familia y
              niños encontrar textos que les resulten significativos.  la comunidad. Lejos de ser una competencia exclusivamente
                                                               instrumental, la lectura es una forma de estar en el mundo, de
           –  La mediación literaria del adulto, que acompaña,   comprenderlo y de transformarlo. Apostar por una educación
              pregunta, sugiere, escucha y guía la experiencia lecto-  literaria profunda, sensible y sostenida es apostar por una in-
              ra. El docente, en este sentido, no solo enseña a leer,   fancia más libre, más crítica y más plena. En este contexto, el
              sino que “invita a habitar el texto” como espacio de   maestro se erige como guía, testigo y acompañante en ese via-
              juego, pensamiento y exploración.                je hacia el universo de los textos, donde cada niño y niña des-
           –  El respeto por los ritmos y preferencias lectoras,   cubre no solo las palabras, sino también las múltiples formas
              evitando la imposición y promoviendo una relación li-  de habitar la realidad. Porque leer no es únicamente descifrar
              bre, placentera y personal con los textos.       signos, sino abrir ventanas al asombro, al pensamiento y a la
                                                               emoción. Que nunca falten los libros en las manos pequeñas,
           –  El uso de proyectos interdisciplinarios, donde la   ni los adultos que crean en su poder: el de sembrar en el alma
              lectura tiene un sentido funcional y transversal, permi-  el deseo de conocer, de imaginar y de ser. Solo así, entre pági-
              tiendo conectar la literatura con la ciencia, el arte, la   nas y silencios compartidos, se construye una infancia verda-
              historia o la vida cotidiana.                    deramente luminosa.
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