Buzón de Alcance 187

tes, incluidos los inspectores de educación, corresponde a la Mesa Sectorial y esperamos ser convocados próxi- mamente. En relación a los debates sobre la mejora de la calidad de la educación madrileña, centrados en el cambio de paradigma educativo y en la mejora de la práctica docente, tenemos que señalar que nos sentimos defrau- dados. El documento final presentado para aprobación en la Comisión Permanente del Consejo Escolar, denominado Informe del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid: Recomendaciones para el diseño de acciones educati- vas en relación a las familias, el alumnado, la convi- vencia, el profesorado y los centros docentes , elabora- do por el equipo técnico en base a las aportaciones rea- lizadas en unas jornadas celebradas en el mes de noviembre, que fueron dirigidas por una empresa exter- na al Consejo y contaron con la presencia de diferentes expertos, tiene un sesgo marcadamente logsiano. Las ideas y propuestas que se recogen en él se apoyan en gran medida en una literatura pedagógica reformatea- da, ya conocida, cuyos enfoques han sido descartados en otros países y que han sustentado las leyes educativas españolas desde la LOGSE. Son las que han generado el desaguisado educativo y el consiguiente desconcierto en los profesores, a los que ahora se quiere responsabilizar del estado de la Educación madrileña y que el Consejo Escolar promociona en este informe, sobre el que ANPE- Madrid ha presentado un voto particular contrario. Este documento pretende ser la base del futuro Pacto por la Educación madrileña, con la participación de las fuerzas políticas de la Asamblea de Madrid y del resto de los sectores de la comunidad educativa. Algo que vemos muy difícil de asumir y apoyar, ya que se esta- blece el punto de partida –tras esas jornadas y a la vista de la documentación manejada– como una enmienda a la totalidad de la actividad docente y de la educación madrileña, considerada injustamente como un barbe- cho, cuando su posición en los estándares internaciona- les y la de los resultados de sus escolares es homologa- ble a los países más desarrollados, y está a la cabeza de las comunidades españolas. En ello tienen mucho que ver esos docentes que ahora son cuestionados. No estamos de acuerdo en que se le exija al profesora- do que cambie de forma de enseñar o se adapte con fe ciega a corrientes o teorías educativas que, en versión actualizada, ya han sido experimentadas en otros paí- ses con escaso éxito, pero que son abrazadas sin reparo por la actual Consejería de Educación madrileña. Si hay que buscar un paradigma de éxito, miremos a Finlandia y la autonomía con la que desempeñan su profesión los profesores finlandeses, caracterizada por el empleo de métodos tradicionales de alto valor. Junto a esta cuestión y en paralelo, se produce un deba- te sobre la convivencia escolar donde, aprovechando la buena disposición de los actuales gestores, también irrumpen con fuerza las mismas tesis y propuestas que rechazábamos hace diez años, apoyadas por los mismos sectores que entonces se opusieron a la actual norma- tiva de convivencia y a la Ley de Autoridad del Profesor, y que siguen cuestionando su enfoque y validez. En este caso la cuestión es más grave, ya que en paralelo se están promoviendo activamente, desde diversas instan- cias, planes y programas de intervención en centros que consideran el acoso escolar como un conflicto suscep- tible de ser tratado mediante la mediación escolar, en colisión con los protocolos de la propia Consejería y con la normativa vigente, lo que puede suponer una doble victimización para quienes lo padecen y un peligro moral y ético para el alumnado. La reapertura de este debate se perfila como una opor- tunidad perdida de poner en valor frente a los alumnos, la comunidad educativa y la sociedad, el relevante papel de los centros y del profesorado de la enseñanza públi- ca en la impartición de la educación de calidad que se da en la Comunidad de Madrid. E d i t o r i a l No estamos de acuerdo en que se exija al profesorado que cambie de forma de enseñar o se adapte con fe ciega a teorías educativas ya experimentadas con escaso éxito 4

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