Buzon de Alcance 217

4 N u e s t r a o p i n i ó n E N la Comunidad de Madrid el debate sobre la jornada continua se ha centrado en la normativa que regula el cambio de jornada. La Orden 502/2013, de 25 de febrero, por la que se regula el procedimiento a seguir para solicitar el cambio de jornada escolar, raya en lo antidemocrático, por exigir un mínimo de participación que no se aplica ni a los procedimientos más importantes del Estado. Pero este hecho ha desviado la atención de una cuestión subyacente y mucho más grave: la convicción de que los docentes deben hacerse cargo de las necesidades asistenciales de los alumnos y sus familias. Esto quedó claro con la publicación, en mayo del año pasado, del estudio que realizó Esade sobre la jornada continua. Ocupó titulares durante unos días y, por las declaraciones que se hi- cieron desde distintos sectores de la sociedad, se evidenció no solo el concepto —tan erróneo como difundido— que se tiene de lo que es ser profesor y la naturaleza de nuestra profesión, sino también cuán poco se valora el proceso educativo por sí mismo, independientemente del efecto secundario asistencial que se produce al tener a los alumnos en las aulas. El estudio plantea que, en relación al debate de la jornada continua, deben abordarse tres dimensiones: • Los alumnos. • Las familias. • Los docentes. Con respecto a los alumnos, en el resumen ejecutivo explican que no existe evidencia rigurosa sobre el efecto de la modali- dad de jornada (dadas unas horas lectivas) sobre el rendimien- to académico . Señalan a continuación que algunos estudios correlacionales apuntan a que la jornada completa (o partida) está asociada a mejores resultados. Existen otros estudios que indican todo lo contrario, cosa que no mencionan. Para zanjar el apartado de los alumnos sentencian: Lo que sí existe es evidencia abundante y robusta sobre cómo el tiempo (lectivo y no lectivo) en la escuela supone un impacto positivo en los alumnos en términos académicos y socioemocionales. Y es aquí, con la mención del tiempo no lectivo, donde empeza- mos a entrever que el problema no es puramente pedagógico sino asistencial, algo que queda meridianamente claro cuando opinan sobre el impacto de la jornada escolar sobre las fami- lias: En el caso de las familias, la evidencia científica apun- ta a un factor clave habitualmente ignorado en España (clave para la igualdad de género), pero que la pandemia ha puesto de manifiesto: la escuela tiene también una función de custodia o cuidado fundamental. Cuando la escuela es a tiempo parcial, el empleo de las familias se resiente, pues dificulta que sus jornadas laborales pue- dan superar las 25 o 28 horas semanales. Estimamos por primera vez y con datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) el efecto de la jornada matinal (continua) respecto a la jornada completa sobre el empleo de las familias. Mostramos que la jornada escolar continua tiene un efecto negativo y significativo en los ingresos y el empleo de las familias, especialmente grande para las madres, que son quienes concentran el 66,4 % del im- pacto, lo cual contribuye a agravar las brechas de género existentes. Esto supone, además, cada año, una pérdida de 8.048 millones de euros de ingresos para las familias. Los responsables del estudio, no contentos con querer utilizar- nos como cuidadores, además pretenden que seamos respon- sables de corregir la brecha de género y las carencias econó- micas de las familias. Desde ANPE-Madrid llevamos años denunciando que los do- centes no somos custodios de los alumnos, somos profesio- nales de la educación. Las necesidades asistenciales que la sociedad debe garantizar se habrán de cubrir con otros pro- fesionales. Hasta este punto, el informe alude a cuestiones que podrían debatirse y que requieren soluciones, pero, cuando analizamos Los docentes no somos custodios de los alumnos, somos profesionales de la educación. Las necesidades asistenciales que la sociedad debe garantizar se habrán de cubrir con otros profesionales ANPE-Madrid, desde sus orígenes, no ha cesado de luchar por el reconocimiento del sistema público de educación y sus profesionales Carolina Fernández del Pino Vidal Vicepresidenta Paradojas de la jornada escolar

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