Buzón de Alcance 211

17 B u z ó n a b i e r t o U NA nueva ley de Educación, y con esta, ya son ocho las leyes de educación en la democracia: LOE- CE. LODE, LOGSE, LOPEGCE, LOCE, LOE, LOMCE y LOMLOE. Suma y sigue. Se nos están acabando las siglas… Los profesionales de la educación han tenido que someterse a ocho cambios de rumbo, impulsados desde la política. Ese modelo de racionalidad técnica que les convierte en meros ejecutores de prescripciones externas y de reflexiones de investigadores que no dan clase y que muchas veces desco- nocen la idiosincrasia de los centros, pero ganan más dinero que los que dan clase y los superan en jerarquía epistemoló- gica, tiene poca eficacia para el cambio profundo. Se ha tenido poco en cuenta la realidad y el sentir de los profesionales. Y eso conduce al fracaso de las leyes. Porque quienes tienen que llevar a cabo una ley, quienes la tienen que aplicar en los centros y las aulas son los docentes. Y aquí parece que vuelve a hacerse realidad el lema de los liberales franceses: “Todo para los profesores, pero sin los profesores”. Los docentes tenemos el deber de alentar a nuestro alum- nado en la búsqueda de sus sueños, no la de robarles aque- llos que están persiguiendo en su vida laboral o personal. Decía Albert Einstein: “Todos somos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar a los árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”. Para poder ayudar a cumplir sueños, los docentes necesitamos mucha forma- ción, imaginación, entusiasmo… pero sobre todo una ley que nos respalde… En España ya hemos perdido la cuenta de las leyes educativas que se han aprobado, algunas con más éxito que otras… pero todas con un denominador co- mún: tratan de atender a las necesidades de los alumnos, pero con una regulación obsoleta, un diágnostico en des- uso o ratios que no son acordes con la realidad actual de nuestras aulas. Nos encontramos de nuevo con una norma que no viene precedida por un acuerdo básico o por un pacto de Estado, que hubiera permitido la reforma profunda y global que necesita la educación en España y que serviría para dotar- la de estabilidad normativa y perduraría en el tiempo. Es una reforma sin consenso social en aspectos básicos y sin modificar ni actualizar normativas que no se ajustan a las necesidades actuales de la sociedad. Cuando alguien llega nuevo a una casa, lo primero que hace es amueblarla, si es que no tiene muebles; pero si los tiene, lo que se suele hacer es ver qué encaja y qué no. En educación, cada nuevo gobierno trabaja como si se en- contrase una casa sin amueblar, olvidándose de que en España ya hay muebles, aunque muchos de ellos necesiten una actualización, una restauración u otro complemento que amplíe su servicio. Esto es lo que sucede con la inclu- sión de los alumnos con necesidades educativas especiales. La Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Edu- cativo (LOGSE, 1990) introdujo el concepto de “Necesida- des Educativas Especiales” (NEE). Pero es a partir de la Ley Orgánica de Educación (LOE, 2006), cuando se sustituye el concepto de “integración” por el de “inclusión”. Con el objetivo de normalización, la LOE reforzó la nece- sidad de que la comunidad educativa se comprometiera a facilitar que todos los niños y niñas estuvieran “incluidos” en la educación, y, por lo tanto, en la sociedad. En este contexto y en el mismo año en que se aprobó la LOE, la Asamblea General de Naciones Unidas promulgó el tex- to sobre los Derechos de las personas con discapacidad, instando a los países miembros a asegurar un sistema de educación inclusivo a todos los niveles. Posteriormente La Ley Orgánica para la Mejora de la Ca- lidad Educativa (LOMCE, 2013) añadió especificaciones acerca de las dificultades de aprendizaje. Además, se con- templaron por primera vez las dificultades relacionadas con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Y la actual LOMLOE hace las siguientes referencias a los alumnos con necesidades educativas especiales: • Se centra en las barreras que limitan el derecho a la educación en lugar de en la discapacidad. • Impulsa la detección precoz, la atención temprana y la educación inclusiva con una mayor atención personali- zada y con prevención de las dificultades de aprendizaje. • Proclama que la relación numérica entre profesores y alumnado podrá ser inferior a la establecida con carác- ter general. • Incorpora la posibilidad de permanecer un curso adicio- nal, siempre que se justifiquen las circunstancias, para la consecución de los objetivos de la enseñanza básica. María Jesús Álvarez Núñez Delegada de ANPE-Madrid Alumnos con necesidades educativas especiales No todos los cambios son mejoras

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