Buzón de Alcance 210

6 N u e s t r a o p i n i ó n “R ATIO” es un vocablo latino, reconocido por la Real Academia Española, que se utiliza como sinónimo de “razón” , en el sentido del cociente de los nú- meros o de cantidades comparables. Pues bien, en el ámbito educativo, sus autoridades hace tiempo que abandonaron toda razón para lanzarse a los brazos de un supuesto ahorro donde nunca deberían hacerlo, por su repercusión en la cali- dad educativa y en las generaciones futuras. Sin duda, “fue bonito mientras duró”, ya que todo apunta a una vuelta en Madrid a las condiciones anteriores en cuanto a número de alumnos por aula y de profesores por centro. Tuvo que llegar la mayor pandemia que podamos recordar para bajar el número de alumnos por aula, con el consecuen- te aumento de docentes. Aun así, para hacernos una idea de la situación con respecto a Europa, a pesar de este aumento de profesores y la disminución de la ratio provocada por las tan necesarias medidas de salud y seguridad, España ha con- tinuado por encima de la media de la Unión Europea. Cada nueva ley orgánica —y llevamos unas cuantas en los últimos años— olvida sentar unas bases que las comunida- des autónomas puedan tomar como modelo. Por tanto, estas mantienen el número máximo de alumnos por aula, criterio al que se acoge Madrid y según el cual en la enseñanza obli- gatoria es de 25 para la Educación Primaria y de 30 para la Educación Secundaria Obligatoria. Cuando se comprueba que el artículo que recoge estas proporciones pertenece al título octavo, que versa sobre los recursos económicos, la desazón es aún mayor. Limitar la inversión en educación y relacionar en la misma ley las ratios con los recursos económicos son factores que van en detrimento de la excelencia educativa que todos deseamos para nuestros alumnos. Si las proporciones anteriores dificultan notablemente la atención individualizada que precisa el alumnado, la ley per- mite un incremento de hasta un 10 % del número máximo de alumnos por aula para atender la escolarización del alum- nado de incorporación tardía o los traslados de la unidad fa- miliar en período de escolarización extraordinaria. Aunque, no hace mucho, este posible aumento extraordinario fue aún más perjudicial. El Real Decreto-ley 14/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo, establecía que mientras tuviéramos una tasa de reposición de efectivos inferior al 50 %, las adminis- traciones educativas podrían ampliar hasta un 20 % el nú- mero máximo de alumnos. Ya que Madrid forma los grupos tomando como referencia el máximo establecido por la nor- mativa básica, resulta fundamental, siempre que se escolarice por encima de las ratios máximas, generar un desdoble con un nuevo grupo. Por otro lado, qué importante hubiera sido aprovechar la mo- dificación que se plantea del art. 87.2 de la LOMLOE, sobre la escolarización de los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo, para fijar por ley que cada uno de estos alumnos computará como mínimo como dos a la hora de cal- cular la ratio máxima por aula, especialmente cuando Madrid está trabajando en la Ley Maestra de Libertad de Elección Educativa para, entre otros aspectos, regularizar la escolari- zación de los alumnos con necesidades educativas especiales. Nadie duda que uno de los factores que más influyen en la calidad de un sistema educativo es la ratio de alumnos por grupo. A mayor número de alumnos, menos posibilidades tie- ne el profesorado encargado de ese grupo de proporcionar un tratamiento personalizado y una adecuada atención a la diversidad. Especialmente importantes son los ajustes de las ratios en las primeras etapas para favorecer las estrategias pedagógicas y la atención a las diferencias individuales. Es- tas medidas permitirán poner especial énfasis en la atención individualizada a los alumnos, la realización de diagnósticos precoces y el establecimiento de mecanismos de apoyo y re- fuerzo para facilitar el éxito educativo. Pero a estas mejoras educativas se suma, dada la incertidumbre que puede rodear el comienzo del próximo curso escolar, la necesidad de garan- tizar la seguridad y la salud de nuestro alumnado y profeso- rado mediante la continuación de las ratios y el número de profesores de este curso. Otra realidad percibida en el presente curso es la falta de espacios en los centros para albergar los nuevos grupos que se han creado. Esta situación deriva de la falta de recursos destinados a infraestructuras en los últimos años en la región madrileña, que es otra de las parcelas donde debe aumentar la inversión educativa. Continuar con las ratios de este curso y con el aumento del número de profesores en todas las etapas educativas supon- drá, sin lugar a dudas, una mejor atención a nuestros alum- nos, mayor seguridad para toda la comunidad educativa y la posibilidad de paliar la pérdida de contenidos que la pande- mia haya podido provocar. “Ratio”, sinónimo de “razón” Esteban Serrano Tamayo Secretario de Organización

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