Buzón de Alcance 207

de cierta dificultad, sea intelectual o física, diría que esto es obvio. Pero como sociedad nuestros dirigentes nos dis- traen con el “ruido” que producen pelándose entre sí o dedicándose a cosas que a la gran mayoría nos traen al pairo en estos momentos. Lo que nos importa es sobre- vivir, tanto a nivdeel sanitario como económico. Todo lo demás debería postergarse hasta que hayamos superado esta pandemia mundial. En otras palabras: por favor, échense a un lado y dejen trabajar a los expertos. Si esto lo trasladamos al ámbito educativo, podemos pre- guntarnos: ¿en qué cabeza cabe que se plantee una refor- ma educativa en estos momentos? En ninguna pensante, lo que nos lleva a concluir que la están utilizando como maniobra de distracción y esto deja bien claro lo poco que les importa y su escaso respeto por la ciudadanía. En cualquier situación, una reforma educativa que no esté pactada evidencia una ineptitud y una falta de res- peto democrático tremendas. La educación no es propie- dad de un partido ni de dos. Es un pilar de cualquier sociedad y, como tal, debe ser desarrollada por expertos cuyo objetivo sea lograr que nuestros hijos alcancen una preparación adecuada para el futuro. Woody Allen dijo: “Me interesa el futuro porque es donde voy a pasar el resto de mi vida”. Pues a ver si podemos algún día tener una reforma educativa para el futuro y no para el pasado o para mayor gloria de un partido polí- tico. Prevención versus improvisación Todos los médicos estaban de acuerdo en que las medidas que se están tomando llegan tarde. Por lo que entendí, resulta más efectivo con- trolar la pretransmisión que la infección. Y que esto se podría haber hecho en junio. Si se hubiesen hecho test entonces, con los corres- pondientes rastreos y confinamientos puntuales de forma extensiva y rigurosa, no estaríamos enfrentándonos otra vez a confinamientos de localidades y comunidades. Dicho de otra forma, hay que actuar antes previendo la situa- ción y no responder cuando ya tenemos el pro- blema encima. El inicio de curso ha sido muy complicado. Los equipos directivos y los docentes estaban abrumados preparando la llegada de los alumnos. Es verdad que la Consejería ha hecho un gran esfuerzo para aumentar el número de docentes y espacios, pero ¿no se podría haber planificado con más previsión? En julio, contra todo pronóstico seguimos oyendo que íbamos a volver con normalidad a las aulas. Parecía que los esce- narios II y III eran los menos probables. Se ha hecho todo con precipitación, improvisando y arreglando los proble- mas como se puede a medida que surgen. Y esto en gran medida gracias a los docentes, equipos directivos y el per- sonal de las DAT y Direcciones Generales. La realidad es tozuda y no hace caso a los deseos de los políticos. Todos queríamos refugiarnos en la esperanza de que este virus iba a desaparecer como por arte de magia. Pero los líderes no se pueden permitir estos lujos. Los médicos lo sabían. ¿Por qué no se enteraron ellos? Liderazgo, confianza y medidas Si no hay liderazgo no hay confianza y, sin esta, las medi- das que se impongan nos las saltaremos. Ante el espec- táculo tan bochornoso que están dando los políticos, los ciudadanos seguimos con nuestra vida y, a falta de con- fianza en que las medidas que se toman se basen en cri- terios científicos, surge la tendencia de “sálvese quien pueda”. Más claro, el agua. No confiamos en nuestros dirigentes y los médicos del debate dejaron claro que entendían que la falta de liderazgo tiene como consecuencia que los ciudadanos no respeten las medidas, porque no se fían de que valgan para algo. Añadieron que la falta de criterios comunes a nivel nacional debilitaba el sistema. Llegaron incluso a pedir que se uni- ficaran los criterios y medidas a nivel europeo. En una situación tan caótica y preocupante por sus efectos sobre la salud y sobre nuestra economía, ¿cómo se nos va a pedir que confiemos en personas sin formación sanitaria? No solo es que no estén tomando en cuenta los conoci- mientos de los expertos con años de experiencia, sino que N u e s t r a o p i n i ó n 5 La politización de la pandemia refleja la politización que ha invadido toda nuestra sociedad

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