Buzón de Alcance 205

B U Z Ó N A B I E R T O 18 “L A economía de fichas” es una técnica psicológica de modificación conductual que se basa en los principios del condicionamiento operante, utili- zada normalmente con niños para reforzar y animar a que realicen determinadas conductas socialmente dese- ables, seleccionadas y definidas. Generalmente se trata de conductas que el niño no realizaría espontáneamente, al menos no tan a menudo como quisiéramos. Esta técnica está basada en los estudios del pedagogo Joseph Lancaster en el siglo XIX y consiste en la entrega de reforzadores positivos (fichas, pegatinas o puntos) de manera continuada a la aparición de la conducta esperada. Ha sido muy utilizada en el programa de televisión “Supernanny”, en el que la psicóloga Rocío Ramos Paul asistía a diferentes casas para observar la conducta de los niños y preparaba un tablero con dibujos y pegatinas para ir modificando la conducta hasta conseguir los resultados deseados. 1. La técnica paso a paso Al principio se define una serie de conductas que queremos conseguir en el niño, por ejemplo, levantar la mano para pedir turno de palabra, hablar bajito o atender en silencio, bajar en fila al patio... Igualmente se define el ”reforzador simbólico” que vamos a dar cuando el niño realice la conducta que queremos (por ejemplo, unas fichas, un positivo dibujado en un tablero, pegatinas…). También se acordarán las reglas y las condiciones para el intercambio. Por ejemplo, si los alumnos consiguen de lunes a viernes cinco puntos, el viernes pueden hacer una sección de papiroflexia, bailar una canción, hacer un juego en clase o tener unos minutos más de recreo… Lo ideal para aumentar la motivación en el aula es que los alumnos elijan la recompensa a alcanzar, teniendo en cuenta sus gustos y las edades de los niños. Eso sí, no se recomiendan golosinas ni comida, siempre es mejor que sean actividades en gran grupo para mejorar la inclusión y la convivencia en el centro. Al iniciarse el sistema de “economía de fichas” debe reforzarse continuamente, es decir, entregando una ficha inmediatamente después de la conducta deseada. Cuando la conducta ya se ha adquirido y se emite de manera más estable, deberá reforzarse de modo intermitente, de modo que los intervalos de intercambio se irán espaciando en la medida en que la conducta se consolide. “La economía de fichas” es muy efectiva, aunque hay que tener cuenta que puede haber dos trampas al utilizarla. 2. Posibles trampas La primera trampa es que al principio el niño puede intensificar la conducta que queremos cambiar, ya que siempre intentará cumplir con su rol y con las expectativas sobre él que tienen los demás. El alumno puede detectar que estamos cambiando sus esquemas y nuestras expectativas, por lo que puede poner resistencia al cambio. Por ejemplo: el gracioso tiene que continuar haciendo sus gracias sea como sea, el que interrumpe tiene que hacerlo sí o sí, el que no trabaja tiene que continuar con su papel… Por eso al principio se intensifica la conducta, pero hay que seguir con la técnica y solo reforzar las conductas deseadas. Y la segunda trampa es que puede reaparecer después de un tiempo la conducta negativa de forma espontánea y es importante saberlo, para no pensar que “la economía de fichas” no funciona, por lo que hay que continuar reforzando sólo la conducta que consideramos acertada y queremos que repita. 3. Materiales a utilizar Lo ideal y más acertado es modificar dos o tres conductas por trimestre y, para conseguir la motivación durante todo el curso, es interesante preparar diferentes materiales. Por ejemplo, plastificar una cartulina donde aparezcan los números de lista y cada día ir añadiendo positivos con un rotulador de pizarra. También se pueden repartir monedas de arcilla que los educandos van acumulando durante la semana. Además, se puede hacer por grupos cooperativos repartiendo tarjetas, gomets, pegatinas… Otra alternativa La economía de fichas Yurena Ramos Castellano, maestra de Primaria, psicóloga y nominada a los premios a Mejor Docente de España 2019, lleva quince cursos escolares aplicando diferentes estrategias, herra- mientas y técnicas de psicología cognitiva en el aula, con muy buenos resultados. Ha impartido clases en seis centros públicos diferentes en Las Palmas de Gran Canaria y tres centros públicos en Madrid. En su aula utiliza “La economía de fichas” como una herramienta clave de motivación e inclusión con la que se puede conseguir una convivencia positiva en el aula.

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