Buzón de Alcance 204

N u e s t r a o p i n i ó n 7 U NA vez más, una “no noticia” está de actualidad: hay quienes se apropian de lo que otros han pen- sado creado o escrito antes. Nihil novum sub sole . Si el conocimiento es una compleja trama que se va tejiendo día a día con esfuerzo, curiosidad, inteligencia, a partir de materiales diversos y, en gran medida, ajenos, resulta inevitable en todo aprendizaje la incorporación constante, casi inadvertida, de tesoros intelectuales pro- cedentes de un patrimonio humano común, creciente de generación en generación. Visto así el proceso, su resul- tado no es más que un continuo enriquecimiento. La originalidad es extremadamente difícil y no siempre necesaria, pues para alcanzar un pensamiento genial, para descubrir, inventar, crear, hay que ascender por la empinada escalera del aprendizaje, árido unas veces, placentero otras. De ahí la imposibilidad de llegar –vía inducción y en una sola vida– a la altura de los arqui- tectos faraónicos, el pensamiento heleno, la imaginación anticipatoria de Da Vinci, la genialidad paradigmática de Galileo, Newton o Einstein, la maestría de Garry Kasparov o las aportaciones contemporáneas de Stephen Hawking. Los pragmáticos romanos se rindieron a la superioridad de los vencidos griegos en ciertos aspectos y absorbieron cuanto pudieron de su gran espíritu. Llamando a Hera, Juno, y a Palas Atenea, Minerva, fueron incorporando a su imaginario aquel riquísimo panteón, con su alta esté- tica y sus bajas pasiones, como parte de un proceso de asimilación cultural mucho más amplio. Pero el “fenómeno” –por llamarlo de algún modo– que difunden algunos medios en estos días nada tiene que ver con el afán de aprender de los más sabios, la curiosidad intelectual o una imaginación permeable e integradora. Se trata de algo mucho más zafio y vergonzante, que consiste simplemente en un calco perfecto o casi, en obra propia, de párrafos enteros de otro u otros autores cuyos nombres se obvian, sin el mínimo decoro que implicaría convertir el nuevo texto en una paráfrasis del “recortado”. “¿Para qué tanto esfuerzo innecesario?”–pensarán. A modo de digresión, recordamos la anécdota que alguien relató en una tertulia literaria, años ha. Un novel escritor, ansioso por conocer la opinión de un prestigioso crítico sobre su primera narración, se la hizo llegar. A vuelta de correo, recibió esta valoración: “Su novela me ha parecido buena y original, pero lo bueno no es original y lo original no es bueno”. Una situación penosamente actual. Originalidad, honestidad intelectual y felicidad Rosalía Aller Maisonnave Secretaria de Comunicación … lo que ha de ser ha sido ya, nada hay de nuevo. Miguel de Unamuno, Rosario de sonetos líricos Salamanca, 4 de enero de 1911 Para alcanzar un pensamiento genial, para descubrir, inventar, crear, hay que ascender por la empinada escalera del aprendizaje Fuente de Palas Atenea, Parlamento, Viena, Pixabay.

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