Buzón de Alcance 192

N u e s t r a o p i n i ó n 9 S I indubitable es el adjetivo, admitimos ciertas dudas respecto al significado del sintagma com- pleto. Las mismas que se asocian a la perplejidad de tantos profesores, tradicionales o no, ante el tsunami innovador, que al tiempo que presenta un amplio aba- nico de propuestas no contrastadas, menosprecia la labor que desarrollan en centros educativos reales quie- nes reinventan a diario sus clases empleando metodo- logía efectiva, actual o no. “El buen maestro enseña más de lo que sabe”, decía mi abuelo. El docente –de todo nivel– hace un constante esfuerzo de superación para dar día a día lo mejor de sí mismo. Esto incluye también el cómo , que se ha con- vertido en la razón de ser de innumerables jornadas, simposios, ponencias, encuentros, plataformas, blogs, e- books... Es fundamental saber transmitir los conocimien- tos, pero sin olvidar el carácter instrumental del medio empleado, que está al servicio de un fin: la formación integral de futuros ciudadanos, en la cual la adquisición de conocimientos ocupa un papel relevante. Educar es más que enseñar, pero lo incluye. Una educa- ción en la que se adelgazan y subestiman los contenidos cada vez más involuciona –mal que les pese a algunos– hacia ser cada vez menos educación. Sorprendente en estos tiempos es que se llame “cientí- ficos” –en pedagogía– a quienes ni parten de la realidad de aula para elaborar sus hipótesis ni fundamentan en ella, con estudios constatables, sus tesis. En cambio, ela- boran unos constructos delicuescentes con los cuales los docentes fácticos –no teóricos– difícilmente pueden identificarse. Compartimos las palabras de Alberto Royo, profesor de Música y escritor, en una entrevista reciente, realizada con motivo de la publicación de su libro La sociedad gaseosa, donde insta a los partidos políticos a combatir “la ola de pseudociencia que amenaza la educación”, en alusión al aprendizaje por proyectos o las inteligencias múltiples. Si lo social es una dimensión (teóricamente) fundamen- tal para estos neopedagogos, parecen olvidarla al ela- borar sus alambicados edificios aéreos, destinados a ser habitados por unos alumnos ideales que carecen del imprescindible marco familiar y social, cuyas particula- ridades ha de tomar en cuenta todo docente que desee realmente llegar a ellos e impulsarlos a avanzar hacia el crecimiento integral. La sobrevaloración de la novedad, fundamentalmente en cuanto a la metodología, ha llevado a extremos de experimentación cuyas consecuencias aún se descono- cen, ya que los neosabios no acaban de aterrizar sus afirmaciones en la tierra de los datos concretos. Por ejemplo, la alegre afirmación de que los deberes son nefastos para los alumnos, aten- tatorios contra su tiempo libre, vida familiar, socialización, en definitiva, destructores de su felicidad es, como mínimo, tan válida como la contraria. Rectifico: lo es bastante menos, por- que informes internacionales recientes, como TIMMS (Primaria) y PISA (Secundaria), sitúan a los alumnos madrileños por encima de la media de España, la Unión Europea y la OCDE. Concretamente, en el Informe TIMMS la región se posiciona delante de Alemania, Francia, Italia, Canadá, Australia, y en PISA supera a Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Italia, Noruega, Suecia o Luxemburgo. Por otra parte, en el Estudio sobre el grado de satisfacción de las familias madrileñas con la Educación en la Comunidad deMadrid, publicado en noviembre La nueva ¿educación? Rosalía Aller Maisonnave Secretaria de Comunicación

RkJQdWJsaXNoZXIy ODE4NjI=