Buzón de Alcance 190

N u e s t r a o p i n i ó n E l término “adanismo” se ha puesto de moda, pero no por un incremento de la lectura generalizado –ya quisiéramos– ni por un particular interés en el texto genesíaco. La consulta al diccionario académico nos enseña que es el “hábito de comenzar una activi- dad cualquiera como si nadie la hubiera ejercitado ante- riormente”. Perfectamente adecuado, entonces, a la situación actual, donde una élite de “expertos” preten- de mostrar el camino a los profesionales de la educa- ción, las autoridades y la sociedad entera. Al parecer, haberse formado para enseñar –así de sen- cillo– y haberlo hecho durante años o incluso décadas no habilita para opinar teóricamente sobre el tema. Y mucho menos para, con una mirada retrospectiva, valo- rar la evolución del panorama educativo de la etapa postconstitucional y su situación actual, deslindar sus “fortalezas y debilidades” –como gustan decir los hace- dores de proyectos– y proponer qué es razonable y con- veniente mantener y qué cambios se han de introducir para alcanzar un modelo educativo determinado. El vendaval innovador, como una suerte de enajenación colectiva, se ha instalado en algunas mentes teórico- pedagógicas que, a fuer de dar conferencias, han apren- dido a hacerlo con soltura y hasta desparpajo. Lo malo es que se crean capaces de comerle la merienda sin remordimientos –una antigualla– a cualquier docente en activo, de esos miles que han pasado de la tiza a la pizarra digital, dispuestos desde su acceso a la enseñan- za a crear y aplicar técnicas diversas y bien fundamenta- das para hacer sus clases más atractivas y eficaces. Mayor peligro sería que este mensaje calara en la sociedad, en las autoridades y hasta en los propios educadores, que a veces aceptan su “falta de modernidad” y no se indig- nan lo suficiente ante la burda caricatura de que “nada” ha cambiado en la educación española y los alumnos siguen memorizando la lista de los reyes godos. Si es malo anclarse en el pasado –en su versión extre- ma y paródica, esto habría llevado al género humano a no salir de las cavernas–, tampoco es bueno abrazarse a lo nuevo con desaforada pasión. Pero los adanistas siglo XXI nos enseñan que el pasado no vale, porque es eso: pasado. Descartemos el presente pues, como dice Quevedo “hoy se está yendo sin parar un punto”, y nos quedaremos colgados del pincel del futu- ro, pues alguien nos ha quitado la esca- lera en que estábamos subidos para pin- tar el techo del conocimiento. Nuestros “salvadores” nos cercan, dispuestos a rees- cribir la historia ex nihilo : “ En el princi- pio…”. Y es que también han desaparecido estos dos términos y conceptos. No hay “techo” para los nuevos alumnos, capaces de todo, siempre que esto no implique estudiar ni esforzarse ni analizar críticamente ni res- petar nada ni… Y del conocimiento, mejor De adanistas y retablos Rosalía Aller Maisonnave Secretaria de Comunicación El mantra de la innovación parece haber ahogado todo posible cuestionamiento respecto a la utilidad de cada nuevo instrumento 9

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