Buzón de Alcance 189

Harry Potter y el mundo de la magia o los Milagros de los acuerdos/pactos educativos N u e s t r a o p i n i ó n H E llegado a la conclusión de que una gran parte de la sociedad –incluyendo padres, partidos polí- ticos, pedagogos y la misma Administración–, piensa que los profesores estamos dotados de pode- res mágicos . De no ser así, no se puede entender todo lo que consideran que “deberíamos” hacer dentro de un aula en las condiciones que se nos marcan y con las limi- taciones que nos imponen. Me gustaría que los “genios teóricos” que elaboran las reformas educativas entraran en un aula de Infantil con veinticinco niños de tres o cuatro años y demos- traran durante una semana cómo se hace todo lo que ellos dicen que se debe hacer con estos bebezotes, a los que hay que explicarles primero que existe un baño que debe utilizarse y luego, con todo el cariño del mundo, ir enseñándoles a convivir con otros veinticuatro niños, aparte, por supuesto, de introducirles poco a poco en los inicios del mundo del conocimiento. A lo largo de Infantil y Primaria se les enseñan cosas mágicas: aprenden a leer, contar, sumar, multiplicar, encontrar un país en un mapa, hablar inglés, sentarse, escuchar, convivir, jugar en grupo, respetar a otros y a que tienen derecho a que se les respete (aunque esto último la mayoría lo trae puesto desde casa). Lo milagroso de esto es que los profesores, además de producir estos milagros, tienen que asegurarse de que: • se diviertan aprendiendo (parece ser que siempre); • se les enseñe a aprender a aprender; • estén motivados (parece ser que todos y siempre); • alcancen los niveles de aprendizaje marcados (res- petando, eso sí, lo que viene a continuación); • no hace falta que alcancen el nivel marcado si eso les agobia; • no se les coarte la libertad (sobre todo si es mi hijo); • se les enseñe a comportarse (sobre todo si no son mis hijos), eso sí, dialogando, razonando, para hacerle comprender cuál debe ser su correcto comportamiento; • sus necesidades educativas individuales sean atendidas (al mismo tiempo que los otros vein- ticuatro niños están embelesados , aprendien- do a aprender solos) ; • haya aulas abiertas, bonitas, con puntos de tra- bajo diferenciados (además de veinticinco sillas, mesas, pinturas y utensilios de todo tipo, jugue- tes y poco dinero para reformas o material); • utilicen nuevas tecnologías; • no utilicen nuevas tecnologías, porque ya las usan en casa, etc. 7 Carolina Fernández del Pino Vidal Secretaria de Acción Sindical

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