Buzón de Alcance 187

D E lo que llevo leído del Libro Blanco , que no tiene desperdicio, la única connotación positiva que encuentro es el color. Los que participan en la elaboración de este “libro” parece que se encierran en sí mismos para librarse de compromisos. Lo leído me transporta a un pensamiento basado en el silencio, el misterio y el desánimo. Por ahora, lo único que saco en claro es que esas pági- nas expresan lo que se piensa, fingiendo haberlo medi- tado mucho. ¿Por qué al hablar de reactivar el impulso ético solo menciona la actividad docente? Si la palanca de la con- ducta es principalmente la educación y, según se dice en el “libro”, necesitamos la tribu entera para educar, os planteo la siguiente pregunta: ¿los demás miembros de la tribu están activados ya? ¿Y qué decir de la competencia de aprender a aprender, que se puso de moda y cada uno la aplica como Dios le da a entender? Dice el autor que “si olvidamos la energía generosa, la responsabilidad ética de la docencia, cortamos las alas de la paloma”. Como docentes, queremos insistir en que en ningún momento hemos olvidado esa energía gene- rosa y esa responsabilidad ética, por tanto queden tran- quilos, porque seguimos siendo palomas con alas. Haciendo referencia al dicho popular “las comparacio- nes son odiosas”, les recuerdo que al utilizarlas tende- mos a que nos comparen cuando salimos perdiendo, y cuando salimos ganando simplemente lo ignoramos. Menciono este dicho porque, si hacemos referencia a la educación finlandesa, país que figura en los primeros puestos del informe PISA, ¿por qué no se menciona que en Finlandia el docente está considerado como pieza fundamental en la sociedad y el reconocimiento social del profesorado figura como una de las claves del éxito? Si lo citado ocurriese en España, quizás no se plantea- ría el temor de preguntar a los docentes por qué han decidido escoger esta carrera o por qué el desánimo invade sus mentes. Como profesionales, conocemos perfectamente los Principios de Intervención Educativa. No hace falta que nos los recuerden, pero yo sí les recuerdo que al hablar de enseñanza y aprendizaje no es conveniente plasmar una posición única y considerarla la clave del éxito. Me explico. En una de las líneas de este “libro” se nos dice que la tarea de los docentes no es “enseñar”, sino con- seguir que los alumnos “aprendan”. El binomio que se N u e s t r a o p i n i ó n 9 Reflexiones sobre el Libro Blanco forma entre enseñar y aprender no es nada simple, por esa razón da lugar a debates entre los integrantes de la comunidad educativa. De este debate surgen dos pers- pectivas: R Una sostiene que la enseñanza y el aprendizaje se cons- tituyen en una unidad didáctica y dialéctica, enfocándo- los como dos procesos no antagónicos, sino complemen- tarios, postura más compartida y aceptada por los que conocen, verdaderamente, la educación. R Otra, que enseñar y aprender son dos procesos dife- rentes. Al parecer, lo que opinan en este “libro”. No estamos para cuestionar la validez o no de una u otra postura. Lo más razonable, desde mi punto de vista y el de otros muchos, es que enseñar y aprender, aun- que no son sinónimos, se pueden considerar facetas complementarias de la evolución del ser humano, de ahí que los diferentes contextos socioculturales enmarquen diferentes formas de enseñar y aprender. Estoy cansada de que en este “libro” se nos compare con los médicos. Si nos comparáis con los médicos, que se nos trate como a ellos. Es decir, cuando un médico rea- liza un diagnóstico y prescribe una medicación, ¿alguien lo cuestiona? A medida que avanzas en la lectura del “libro”, confías en que en algún momento se diga algo que pueda des- pertar el entusiasmo hacia su contenido, pero la perple- jidad sustituye al interés cuando los títulos y sus des- arrollos se convierten en una disyuntiva. La docencia es una actividad profesional altamente cua- lificada y al mismo tiempo vocacional. Sin embargo, pensar la tarea docente como vocación puede encerrar algunas trampas, ya que como dice Graciela Morgade, doctora en educación de la UBA, es un concepto que se asocia con el de altruismo. Al pensar la docencia como una ocupación altruista, pueden entenderse algunos de los problemas que históricamente han tenido que enfrentar los educadores, como las horas extra, las jor- nadas laborales no pagas o los bajos salarios. Larrosa, autor del libro Análisis de la profesión docen- te , dijo que “la docencia es una profesión, pero no una más, por- que trabaja con personas. Enseñar con entusiasmo, Pilar Ramos Ortiz Secretaria de Acción Social

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