Buzón de Alcance 175

B u z ó n a b i e r t o 3 0 «En tanto que los niños huían –relata el Diario Mercantil– pudo haberse salvado saltando por una ventana el digno maestro, pero en su afán porque escaparan del peligro los discípulos, continuó dentro del salón, y notando que dos de muy corta edad se hallaban amedrentados, los cogió llegan- do con ellos hasta la puerta. Uno de los niños pudo salvar- se, el otro murió al lado de su maestro. D. Javier Aguilar ha terminado su vida con un acto de heroísmo y de abnegación del que hay pocos ejemplos, ha muerto mártir de su obliga- ción». El profesor y el pequeño que llevaba en brazos apare- cieron aplastados bajo una viga a un metro y medio de la puerta. Los huérfanos del maestro Aguilar (1863). Familia Aguilar. La última gran lección del maestro Aguilar, de Russafa Levante, el Mercantil Valenciano, 19 de mayo de 2013 El 2 de junio de 1863 diez niños y su profesor murieron en el hundimiento de la escuela del entonces pueblo de Russafa. El docente llevaba cuatro meses alertando de grietas en los muros del edificio inaugurado en enero. El 2 de junio se han conmemorado ciento cin- cuenta años de la hazaña del maestro D. Javier Aguilar en Russafa (Valencia). En reconocimiento a tantos docentes que día a día entregan sus conocimientos, su vocación, su vida calladamente en las aulas, hemos seleccionado una mínima muestra de actua- ciones heroicas que la prensa nacional e inter- nacional ha difundido recientemente. (Podéis ver las noticias completas en los enlaces correspondientes.) Las autoridades de sus respectivos países han destacado públicamente su enorme valía. Sabemos que los docentes no esperan galar- dones ni homenajes: conocen la trascenden- cia de su trabajo y solo aspiran a ser tratados con respeto. Nuestra admiración y gratitud a Javier Aguilar, Jennifer Doan, Ronda Crosswhite, Suzanne Hale, Anne Marie Murphy, Ingrid Loyau-Kennett, Kaitlin Roig, Victoria Soto, Maryann Jacobs, Dawn Hochsprung y tantos otros educadores que diariamente dejan en las aulas lo mejor de sí mismos. ¡Porque son profesores…!