Buzón de Alcance 175

D E F E N S O R D E L P R O F E S O R 2 4 Es difícil educar si al que se le educa no desea ser educado. Es muy difícil impartir conoci- mientos si el receptor de los mismos se niega a recibirlos. La situación actual de la enseñanza discurre en no pocas ocasiones por estos derroteros: gru- pos ingobernables, alumnos impertinentes, provocadores, coléricos sin causa, con poca tolerancia a la frustración, alumnos que llevan como santo y seña en sus actuaciones cuestio- nar y doblegar al profesor. En algo nos hemos debido de equivocar si cada día con más frecuencia –y aquí no vale echar balones fuera– al enfrentarnos a ciertos gru- pos o a ciertos alumnos del grupo, se nos hace un nudo en el estómago y nuestras palpitacio- nes suben de nivel. Es cierto: los alumnos han cambiado y no son lo que eran, pero nosotros como colectivo, no nos engañemos, hemos propiciado este cambio. Arrastrados por la corriente de ciertas meto- dologías pedagógicas, bienintencionadas desde luego, hemos querido ser tan democrá- ticos, tan dialogantes que hemos convertidos a niños y adolescentes en pequeños tiranos que ejercen su despotismo sin ningún mira- miento: ellos deciden, mandan, organizan, están en posesión de la verdad, merecen la máxima credibilidad, y nosotros, profesionales ya acostumbrados a ser cuestionados por la Administración, padres, alumnos, equipos directivos o compañeros, obedecemos. El problema no son solo los alumnos, también lo son nuestras actuaciones, las ideas que tenemos sobre el papel que debemos desem- peñar en la educación, nuestros miedos, nues- tros complejos. Flaco favor hacen al conjunto del profesorado ciertos directores que asumen como función propia la defensa y protección del alumno, según ellos, el eslabón más débil. Esto es lo que denuncia un cierto número de profesores que perciben que estos directores, ante conductas contrarias a la convivencia, permiten o discul- pan actuaciones de padres o alumnos, dejan- do indefensos a los profesores, sin justificación alguna. Señores, la Ley está para cumplirla. Ellos mandan porque nosotros obedecemos Por: Inmaculada Suárez Valdés Defensor del Profesor de ANPE-Madrid Secretaria estatal de Comunicación de ANPE

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