Buzón de Alcance 174

se desarrolla en un país y recogi- do en las diferentes leyes. Esta es la causa mayor o principal del deterioro educativo y de que la educación española esté en una situación manifiestamente mejorable. A pesar de esta obviedad, tanto las fuerzas políticas que han puesto en marcha leyes de Educación en España como quienes pre- tenden ahora una nueva reforma establecen, sin distinción, la relación causa-efecto entre las fortalezas o virtudes del sistema y el acierto en diseño educativo, fruto de las deci- siones políticas, y entre los fracasos, disfunciones y debi- lidades de la educación española y un supuesto bajo nivel del profesorado, cada vez más recurrente. Con un argu- mento aparente pero falso, afirman que el nivel de los escolares está en relación directa con el de sus profesores, sin tener en cuenta otros factores capitales que determi- nan la calidad educativa. De forma subliminal o explícita, en los últimos tiem- pos se señala directamente a los educadores como los culpables del bajo nivel de los alumnos en esas pruebas internacionales que miden las destrezas básicas exigibles en el mundo actual. Nada más injusto, cuando los docentes de la ense- ñanza no universitaria de todos los ámbitos, cuerpos y escalas han sido desposeídos desde hace tiempo de su iniciativa, de su autoridad, de la libre acción magistral y de la libertad de cátedra. Desprofesionalizados, en suma, debido a unas nefastas leyes educativas, a una política de personal cada vez más agresiva y a una con- cepción del trabajo docente que los ha convertido en meros ejecutores, pura mano de obra, de un sistema educativo mal diseñado. Al profesorado de la enseñan- za pública se le han sustraído paulatinamente sus atri- butos profesionales, y su función docente se ha cons- treñido por efecto de una normativa educativa cuyo volumen desproporcionado y cambiante ha servido para achicarlo, dejándole un papel meramente residual y sin relevancia alguna en relación a los programas educati- vos, los objetivos, los contenidos, la evaluación y la metodología, cuestiones que dimensionan un aspecto esencial de la calidad docente: su autonomía, consus- tancial al quehacer educativo de los buenos maestros. ¡Ahora que tanto se vuelve a hablar de la autonomía de los centros, ninguna referencia a la de los maestros! E D I T O R I A L 1 Los políticos no saben de educación E STÁ en ciernes la cuarta reforma educativa de los últimos veinticinco años y, si nadie lo remedia, adolecerá desde sus orígenes de los mismos defec- tos que las anteriores. Si de lo que se trata es de forta- lecer nuestro sistema educativo, paliar sus evidentes deficiencias y mejorar el bajo nivel de nuestros escola- res, reflejado en los informes internacionales de los últi- mos diez años, no creo que se vaya en la dirección correcta ni que se consiga, ya que, una vez más, el diag- nostico de los males crónicos que aquejan a la educa- ción española es sesgado, no se está elaborando la futu- ra ley educativa con un consenso básico esencial y las reformas que se plantean se quedan cortas o son poco certeras. Si desde el primer momento se hace patente la dis- crepancia radical entre las diversas opciones políticas y sindicales, para determinar las debilidades de nuestra educación –la alarmante tasa de abandono escolar, los malos resultados de nuestros estudiantes– y, en mayor medida, para definir cuáles son las causas que los pro- vocan, pretender un consenso básico, a nivel político, sobre las soluciones que debiera tener la reforma edu- cativa, se torna una quimera. Más grave aún que la incapacidad de las fuerzas polí- ticas para alcanzar estos consensos, en un asunto de tanta trascendencia como es la educación, es el descaro con que minimizan o eluden su propia responsabilidad en lo que afecta al diseño educativo, aspecto estructural de la máxi- ma importancia, determinante del tipo de educación que Es precisamente en este país (Finlandia) donde la consideración hacia los docentes es más alta, las leyes educativas tienen continuidad y consenso, y los máximos responsables educativos no son neófitos o manifiestamente incompetentes