Buzón de Alcance 171

B u z ó n a b i e r t o 1 8 ¿Qué hacer entonces para solucionar este pro- blema? Lo primero es buscar a los culpables de tan disparatada situación. He podido hablar con expertos en la materia, catedráticos de derecho constitucional, politó- logos, miembros de la magistratura, etc., y todos coinciden en lo siguiente: “los respon- sables son: mi vecino el del quinto, tu vecino el del tercero… y una señora que vive en las afueras. Estos son los responsables de tanto funcionario”. Ellos son los que año tras año han ido perfilando y aprobando los presupuestos que han posibilitado dichas oposiciones. Oposiciones vulgares y facilonas por otra parte. Recuerdo las últimas de maestros en Madrid, 489 plazas para tropecientos mil opo- sitores, todos con estudios, eso sí. ¿Y qué hacemos con los verdaderos culpables? ¿Qué penas se les pueden aplicar por ser los causantes de tamaño desastre? Quizá que dejen sus trabajos y opositen a funcionarios, tras haber estudiado un grado o un máster. No sé si estarán dispuestos a estar varios años estudiando y luego tener un sueldo que pueda llegar a alcanzar la cifra de 1.500 € en el mejor de los casos. Hay miles de personas que no llegan a aprobarlas. Tal vez, que se presen- ten a unas elecciones de forma individual, pudiendo demostrar su carisma y valía perso- nal, y no tras las siglas de los partidos a los que pertenecen. Se me ocurre otra idea, ya que me han comentado que uno de estos señores/as ronda los sesenta y cinco años: que se meta en una clase con veinticinco niños de tres años, de los cuales pueden estar llorando de forma ininterrumpida durante cinco horas varios de ellos. Dicen que esto es muy bueno para el estrés. Una compañera me comentaba un día que, tras varios años en el Tíbet intentando encontrar la paz espiritual y no habiéndolo conseguido, había sido en una de estas clases donde había logrado alcanzar una paz interior que le condujo a su equilibrio personal. Aunque esta misma persona me decía que no podía entender cómo Arturo, profesor de Educación Física de nuestro centro, podía estar dando clase a las nueve de la mañana a -2º o -3º de temperatura en el patio, y sobre todo a 35º a las 13 horas, ya que el calor ella no lo soporta. En fin, hay funcionarios que te asom- bran por su capacidad de adaptación al medio. Por otra parte, siempre he considerado una gran virtud, quizá la mayor, la constancia. Y por supuesto no se les puede negar constan- cia a estas personas, responsables de lo que todos ya conocemos. Aunque como humanos yerran y se confunden, no podemos reprochar- les cómo, año tras año, siguen presentándose a las elecciones que hay, lo cual les posibilita realizar los presupuestos que permiten llevar a cabo las oposiciones al funcionariado espa- ñol. Aunque a decir verdad, dicha aprobación presupuestaria nos viene muy bien a los que ya lo somos –mientras más, menos trabajo– y, sobre todo, a las decenas de miles que están en expectativa. Pedro de Tena Sandía Delegado de ANPE-Madrid

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