Buzón de Alcance 171

N u e s t r a o p i n i ó n 1 2 Por fin tenemos sobre la mesa el anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) que propone el Gobierno. ANPE lleva mucho tiempo exigiendo una refor- ma profunda del sistema educativo que afecte al modelo y a la estructura del mismo, para mejo- rar el nivel de nuestros escolares, y que solucio- ne los problemas de abandono y fracaso escolar de los alumnos y el desánimo de los docentes. La reforma educativa que plantea el Gobierno propone cambios importantes en el modelo y en la estructura, pero también en las condiciones laborales del profesorado y en la organización de los centros que, a nuestro juicio, tal como están redactadas, nos sorprenden y preocupan. Es muy importante que estas cuestiones alcancen el con- senso necesario entre la Administración y los agentes sociales para que la reforma pueda lle- gar a buen puerto. A falta de un análisis más exhaustivo y de la ela- boración de un documento con nuestros puntos de vista sobre el articulado del anteproyecto de LOMCE, nos preocupan y nos generan reticencias importantes algunas cuestiones. El espíritu que anima a la futura LOMCE se mani- fiesta desde el primer párrafo del anteproyecto, donde varias afirmaciones giran en torno a la idea de "competencia". Esto delata el trasfondo economicista de la norma. Sin duda, el proceso educativo ha de preparar a los jóvenes para su inserción exitosa en el mercado laboral, pero el excesivo pragmatismo de este enfoque se aleja de la concepción humanista de la educación, arrai- gada en los cimientos de nuestra cultura. Por otro lado, se establece en el preámbulo, de forma categórica, que la calidad del sistema se medirá por los resultados de los alumnos ( out- puts ) y no por los inputs (niveles de inversión, número de profesores, número de centros, etc.). Este enfoque, basado únicamente en los resulta- dos, o producto final, obedece a una idea de efi- ciencia social aplicada al sistema educativo y es un tanto reduccionista para un nuevo diseño de la educación. Esperamos que la LOMCE sirva realmente para vertebrar el sistema educativo garantizando enseñanzas comunes en todo el estado y que se pueda estudiar en castellano en cualquier parte de España, si así lo demandan las familias. Asimismo, esta vertebración debe abarcar tam- bién el carácter estatal de los cuerpos docentes, la formación inicial de los futuros profesores, el acceso a la docencia, la oferta de empleo públi- co, la movilidad del profesorado y todos aquellos elementos que contribuyan a una verdadera cohesión del sistema educativo. Un aspecto crucial de este anteproyecto de ley es la especialización curricular de los centros y el refuerzo de su autonomía, que en ningún caso podrán atentar contra la igualdad de oportuni- dades de los alumnos, contra los derechos labo- rales adquiridos por el profesorado o contra las condiciones de igualdad mérito y capacidad ante el empleo público que consagra la Constitución. Inicialmente nos produce bastantes reservas determinar que para la realización de las accio- nes de calidad, el director del centro dispondrá de autonomía para adaptar los recursos huma- nos a las necesidades derivadas de los mismos, disponiendo de las siguientes facultades: esta- blecer requisitos y criterios específicos para los puestos ofertados de personal funcionario, así como para ocupación de puestos de interinidad, en cuyo caso podrán rechazar, mediante resolu- ción motivada la incorporación del personal pro- cedente de las listas centralizadas. A nuestro jui- cio, el poder desproporcionado que se otorga a los directores de los centros puede reducir a papel Valoración inicial del anteproyecto de LOMCE

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