Buzón de Alcance 171

1 1 N u e s t r a o p i n i ó n sima– se encuentran el capitalismo y el mate- rialismo dialéctico, a pesar de hallarse en las antípodas sus núcleos ideológicos. En ambos sistemas, el individuo está al servicio de otros intereses –ya del Estado, ya del gran capital– e imposibilitado de anteponer a ellos su con- dición esencial de persona inalienable, un fin en sí misma, no un medio. Es innegable la importancia del proceso edu- cativo como preparación de los jóvenes para su futura inserción exitosa en el mercado labo- ral nacional e internacional. Sin embargo, el excesivo pragmatismo de este enfoque dista demasiado de la concepción humanista de la educación, arraigada en los cimientos del mundo occidental. Evoca, en cambio, otra idea, también clásica: en medio de una jungla de intereses, la persona vence cuando antepone los suyos a los ajenos. La sintetizó el romano Plauto: Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit (Lobo es el hombre para el hombre, no hombre, cuando no sabe quién es el otro.) A pesar de sus carencias, la vigente Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación , en su Preámbulo , está más próxima a una con- cepción integral del hombre, en cuyo desarro- llo es crucial la educación, cuando la define como el medio de transmitir y, al mismo tiem- po, de renovar la cultura y el acervo de cono- cimientos y valores que la sustentan, de extraer las máximas posibilidades de sus fuentes de riqueza, de fomentar la conviven- cia democrática y el respeto a las diferencias individuales, de promover la solidaridad y evi- tar la discriminación, con el objetivo funda- mental de lograr la necesaria cohesión social. [...] el medio más adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, res- ponsable, libre y crítica, que resulta indispen- sable para la constitución de sociedades avanzadas, dinámicas y justas. A mayor abundamiento, recordamos la dero- gada Ley Orgánica 10/2002, de 23 de diciem- bre, de Calidad de la Educación: El logro de una educación de calidad para todos , que es el objetivo esencial de la presente Ley, es un fin cuyas raíces se encuentran en los valo- res humanistas propios de nuestra tradición cultural europea . Y además, constituye, en el momento presente, un instrumento impres- cindible para un mejor ejercicio de la libertad individual, para la realización personal, para el logro de cotas más elevadas de progreso social y económico y para conciliar, en fin, el bienestar individual y el bienestar social. No perder de vista esta dimensión humanista de la educación es esencial para evitar el des- arraigo de grandes masas de individuos, ena- jenados por las ideologías imperantes, conver- tidos en piezas minúsculas de mecanismos cuyo funcionamiento desconocen, librados al albur de los vaivenes políticos y económicos, lanzados al mercado laboral sin más valor que el éxito ni más principio que el incremento patrimonial, y condenados, por tanto, al fra- caso si esas –sus únicas– expectativas de cre- cimiento personal no son alcanzadas. Carentes de espíritu crítico, de juicio propio, de la auto- estima que todos nos debemos por nuestra sola condición de personas, serán presa fácil de grupos de interés, cualquiera fuere su signo. ¿Quién como Pedro Salinas, poeta y profesor, podría resumir el esfuerzo hasta el dolor del proceso educativo, para que el alumno alcance su plenitud? Así lo dice, en La voz a ti debida : Perdóname por ir así buscándote / tan torpe- mente, dentro / de ti. / Perdóname el dolor alguna vez. / Es que quiero sacar / de ti tu mejor tú. / Ese que no te viste y que yo veo, / nadador por tu fondo, preciosísimo... Urge enmendar el párrafo inicial y cuanto implica.

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