Buzón de Alcance 164

Waiting for Superman sobre una detallada revisión de la educación pública, buscando nuevos cambios... para bien. —¿Cómo es que de pronto muestra tanto interés en el cine y la educación, más allá de la tecnolo- gía que le hizo tan famoso? —La economía global requiere gente mejor educada y en ese escenario todos los países tienen un gran desafío. Los trabajos que existen lo demandan. Y aquí Estados Unidos se encuentra al frente, porque cada vez hay menos puestos de trabajo disponibles para quienes abandonan los estudios. Sería ideal si le mostráramos al mundo que una economía rica también puede lograr que niños con padres de menos ingresos pueden seguir un buen camino. —¿Desde su experiencia conoce algún país en par- ticular que supera al resto en el sistema de la edu- cación? —Finlandia tiene buenas prácticas. Algunas escuelas de Asia, también. Pero en general no puedo decirle que alguien llega a la perfección en el ámbito de la educa- ción. Y Estados Unidos, ahora mismo, va en camino hacia el último lugar entre los 30 países más ricos. Estamos en el puesto 25, mientras que 20 años atrás figurábamos por encima de todos los promedios. Hemos empeorado porque no nos hemos preocupado en tener mejores expectativas del sistema. Tampoco hay un país en espe- cial para imitar. —¿Los avances de la tecnología también empeo- ran o ayudan a mejorar la educación global? —La tecnología seguro que ayuda, pero sería muy fácil esperar demasiado en ese sentido, como si una mágica tecnología pudiera resolver el problema. Por ejemplo, siempre hemos tenido muchísimos libros de texto. Y si los jóvenes son motivados y saben por qué aprenden, realmente van a querer aprender. Internet ayuda a los estudiantes motivados. Es una herramienta que permi- te que unos maestros vean lo que hacen otros buenos maestros. Ahí hay una buena promesa. Una tercera parte de los fondos de nuestra fundación, alrededor de 700 millones de dólares anuales, se invierte en la tecnología dedicada a la educación. —¿La crisis económica complica la situación para implementar cambios? —Seguro. Si la situación económica es mala, la tendencia es pensar en términos inmediatos. Y mejorar la educación es fundamental para la economía, para crear oportunida- des equitativas, pero ciertos temas llevan mucho tiempo. Si se precisan dos, tres o cuatro años para encontrar un mejor camino, los estudiantes que lo experimenten podrán conseguir mejores trabajos. Y si hacemos cuentas tomaría por lo menos una década, antes de ver un bene- ficio sustancial con las reformas que se hagan ahora. Y por eso es tan fácil dejar de invertir. [...] —¿Qué opina de los maestros en Estados Unidos? ¿Ellos son los verdaderos responsables del problema? —Uno de los temas que surgen a lo largo del tiempo es la falta de evaluación a los maestros. Significa que no se identifican las mejores prácticas. Y en los últimos años han presionado para que no cambien en ese sentido. La película lo muestra muy directamente. Uno de los sin- dicatos de maestros tiene algunos programas pilotos para evaluar a los profesores. En el estado de Colorado implementaron una ley donde exigen ciertas evaluacio- nes a los maestros y quienes no resultan ser efectivos pierden ciertos beneficios. Nuestra fundación genera fondos para esos cambios, aprovechando la tecnología. —¿Más allá del cine, piensa expandir el mensaje de la película a las bibliotecas y las computadoras? —No estoy tan seguro. Me parece bien que las bibliote- cas tengan ordenadores y en ese sentido tuvimos éxito con un proyecto de nuestra fundación en Canadá y Estados Unidos que ahora seguiremos con el resto del mundo. Pero no estoy tan seguro de si la gente va a que- rer ver la película en una biblioteca. La idea es que pri- mero pase por el cine para centrar ahí la energía y des- pués buscaremos otro método accesible para Waiting for Superman . L a n o t i c i a 31

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