Buzón de Alcance 164

10 E L E C C I O N E S S I N D I C A L E S ANPE, segunda fuerza sindical Valoración de las Elecciones sindicales T RAS las elecciones sindicales celebradas el 2 de diciembre, ANPE-Madrid consigue mantener su cuota de representatividad con 45 delegados, un porcentaje cercano al 23%, en las cinco direcciones de área territorial. ANPE se mantiene como la segunda fuerza sindical y el primer sindicato sectorial en la Enseñanza Pública de la Comunidad de Madrid. También, a nivel estatal, ANPE se consolida como la segunda fuerza sindical con un importante avance res- pecto a los resultados de 2006. Los resultados obtenidos por ANPE-Madrid pueden con- siderarse satisfactorios y muy dignos, tras los contra- tiempos y dificultades de diversa índole que hemos teni- do que sortear el último año. En primer lugar, los recor- tes de junio de 2010, que afectaron gravemente a los derechos sindicales y produjeron una grave alteración en el funcionamiento de ANPE-Madrid, paliada, sólo en parte, con el intenso trabajo desarrollado por los dele- gados, liberados, afiliados y simpatizantes. Estos recor- tes, que han afectado a ANPE-Madrid en mayor medi- da que a otras organizaciones, supusieron la merma de un 60% de nuestros efectivos y nos dejaron en una debi- lidad manifiesta en la recta final de las elecciones, pro- vocando desánimo y desmoralización, lo que dificultó la realización de una campaña electoral con la fortaleza necesaria y las sinergias debidas para trasladar a los pro- fesores los resultados del trabajo de cuatro años de acción sindical continuada. Especialmente inmune se ha mostrado el sindicato mayoritario, que ha realizado una campaña muy activa, incluso agresiva, cuerpo a cuerpo, centro a centro, sin resentirse de la disminución de efec- tivos ni de recursos, suplidos con otros sectores o fuen- tes de financiación. Estas elecciones han tenido un elemento nuevo de incer- tidumbre y dificultad: fue el que se constituyesen mesas electorales en todos los centros docentes, a propuesta de CCOO y que apoyamos todas las fuerzas sindicales, para propiciar la participación. Pues bien, no ha sido así. A pesar de esta circunstancia, el gran vencedor ha sido la abstención y el voto en blanco, con más de un 50% del censo. Habrá que reflexionar y ver qué estamos haciendo mal en el ámbito sindical cuando el profeso- rado ha optado mayoritariamente por no participar, a pesar de tener la facilidad de votar en su propio centro y en horario lectivo. Queda patente una importante desafección de los pro- fesores de la Enseñanza Pública hacia las diversas pro- puestas sindicales. Por un lado, nuestros logros, fruto de la negociación y de la idea de que conseguir algo siem- pre es mejor que nada, no han sido suficientemente valorados por el profesorado, en parte por nuestra falta de efectivos y de medios para hacerlo, y porque nues- tros adversarios, los de la “unidad sindical” –tutelada siempre por CCOO–, actuando de forma concertada, en un “todos contra ANPE”, ante el temor que suscitaba nuestra diferenciada posición sindical, se han emplea- do a fondo para devaluar lo que hemos conseguido. A esto ha contribuido la propia Administración, con incumplimientos sistemáticos que han vaciado de con- tenido algunos de los acuerdos firmados. ANPE ha sido el enemigo a batir. Tan alto grado de abstención y voto en blanco se ha debido especialmente al hastío que les produce a los profesores la sistemática instrumentalización de la edu- cación y de la profesión docente, practicada con maes- tría por algunos sindicatos, que han capitalizado el des- contento del sector en unos momentos de crisis y recor- tes generalizados en la educación, no habiendo sido penalizados, a pesar de concurrir a las elecciones sin haber conseguido ninguna mejora tangible en las con- diciones de trabajo de los docentes. Unos sindicatos para quienes la educación y las escuelas constituyen los prin- cipales escenarios de acción política. Alguna fuerza sindical nos ha acusado de ser el sindica- to de la Consejería de Educación. Nos acusan de ello los mismos que no tienen el más mínimo rubor de titularse sindicatos de izquierdas y ser explícita correa de trans- misión de sus respectivos partidos. Pero se equivocan: ANPE no es un sindicato de paniaguados, ni con esta ni con ninguna otra consejería, y no nos cansaremos de denunciar, reivindicar y negociar; eso sí, con otros modos y formas, ajenos al engaño y a la manipulación. Habrá que reflexionar y ver qué estamos haciendo mal en el ámbito sindical cuando el profesorado ha optado mayo- ritariamente por no participar

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