Buzón de Alcance 163

A veces es importante volver a la raíz para enten- der el árbol. Por eso me parece que la semántica y la lexicografía pueden servir para comprender la diferencia entre sindicatos sectoriales y de clase. Aunque antes hay que definir el término “trabajadores”. Forman un “campo semántico” aquellas palabras que comparten un núcleo de significación común y se dife- rencian por otra serie de rasgos semánticos distinguido- res. Si establecemos el concepto de trabajador (el que trabaja) como el núcleo, podemos decir que todos somos trabajadores. Sin embargo, algunos trabajadores son funcionarios o empleados públicos y otros no. Dentro de los funcionarios, podemos diferenciar los que se dedi- can a ofrecer un servicio humano y los que no lo hacen. Los funcionarios que ofrecemos servicios tenemos unas características distintas y padecemos distintos proble- mas. De hecho, los profesionales de los servicios huma- nos (Educación, Salud, Fuerzas de Seguridad, etc.) somos los que más sufrimos el famoso síndrome del “quema- do”, ya que nuestras profesiones conllevan un alto grado de implicación emocional. Dentro del sector de servi- cios, cada uno –Educación, Salud, Fuerzas de Seguri- dad– tiene sus características específicas y su proble- mática concreta. Para hablar de sindicatos vamos a utilizar el concepto de “lexema”, palabra que viene del griego (“palabra”, significado, y “ -ema ”, “acción” o “efecto”, género, clase, etc.). La palabra “sindicato” sería el lexema o unidad signifi- cativa, y las palabras “clase” y “sectorial” serían los dis- tintos afijos que provocan el cambio del significado y determinan el efecto o acción de la unidad. Por lo que las palabras “clase” y “sectorial” aportan la información que nos dife- rencia. De acuerdo con la RAE, un sindicato es una asociación de trabajadores constituida para la defensa y promoción de intereses profesionales, económicos o sociales de sus miembros. Aquí tenemos el lexema. La palabra “clase” definiría aquellos sindicatos que unifi- can a todos los trabajadores de los distintos sectores, tanto de la Administración pública como del sector privado, mientras que “sectorial” define a aquellos sindicatos que responden ante un solo sector de trabajadores. ¿Cómo afectan estos afijos al lexema? Queda claro que si el sindicato sectorial solo responde a un sector –en nuestro caso, docentes en centros públi- cos–, al sentarse a negociar con la Administración todo lo que puede interesarle está en esa mesa. No son de su incumbencia las negociaciones de otros sectores. No tiene que conciliar concesiones en un sector en benefi- cio de otro sector o por un supuesto interés general. Los sindicatos de clase se sientan en muchas mesas y ante muchas administraciones. Tienen intereses por todo el espectro del mundo laboral y deben responder ante todos los representados. Además negocian con distintas administraciones y con unas les va mejor que con otras. También es importante la etimología. La expresión “sin- dicato de clase” hace referencia a aquellos movimien- tos sindicales que nacieron para defender los derechos del proletariado frente a los abusos de la burguesía, en el siglo XIX. Las condiciones laborales de los trabajadores han varia- do mucho desde entonces y se necesitan nuevas fórmu- las que se adecuen a la realidad. Los sindicatos sectoriales o de ramo nacen por la unión de trabajadores del mismo ramo o sector para defender sus intereses. Sigue siendo una aspiración vigente. ANPE-Madrid es un sindicato sectorial e independien- te, representa solo a los docentes de la educación públi- ca. No tiene intereses encontrados ni luchas anacróni- cas pendientes. Carolina Fernández del Pino Vidal Secretaria de Acción Social N u e s t r a o p i n i ó n 7 La gramática de los sindicatos

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