Buzón de Alcance 159
C O L A B O R A C I O N E S 22 E STAMOS celebrando el segundo xacobeo de este siglo, celebración que se realiza cuando el 25 de julio, festividad del apóstol Santiago, cae en domingo. La festividad, debido a los años bisiestos, no se celebra cada siete años sino que la cadencia de los xacobeos es de 6, 5, 6 y 11 años. Pasarán pues 11 años para que volvamos a celebrar un nuevo año xacobeo, es decir en 2021. Con motivo del xacobeo de 2004, tenien- do en cuenta que el Camino de Santiago sigue vigente y con un renovado auge testimonial, fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias de la Concordia al comprobar que es “un lugar de peregrinación y encuen- tro entre personas y pueblos que, a través de los siglos, se ha convertido en símbolo de frater- nidad y vertebrador de una concien- cia europea”. Desde sus comienzos fue de suma importancia el carácter religioso de lo que significaba hacer el Camino de Santiago. A partir del descubrimien- to de la tumba del Apóstol Santiago y la construcción de la primera basí- lica, ordenada por Alfonso II el Casto, convertido éste en el primer peregri- no y extendida la noticia por toda Europa, cristianos de todos esos paí- ses peregrinaron a Santiago de Compostela para rendir tributo de fe al Apóstol. A partir de este momento se fueron abriendo rutas que han con- ducido, a través de los siglos, a multi- tud de peregrinos que caminaban a Compostela atra- ídos por su fe al convertir el camino en dinamizador de una necesidad interna del caminante. Como ha manifestado el Arzobispo de Santiago, Monseñor Julián Barrio, “el camino jacobeo es un camino interior, una experiencia interna que revitaliza la vivencia cristia- na ante el encuentro con Dios, con los demás y con- sigo mismo” . Los peregrinos, procedentes de los distintos países, lo eran y son también de distintos orígenes sociales, cul- turas, ritos, lenguas y costumbres. Esto dio pie a Goethe para reconocer que el Camino de Santiago era motivo creador de una conciencia europea cuando afirmó: “Europa se hizo peregrinando a Compostela”. Para muchos es un camino simbólico en busca de un descubrimiento interior, pero muchos más son los moti- vos que influyen en miles de peregrinos que cada año hacen el Camino de Santiago. En los tiempos del Medievo, la fe de los peregrinos hacía que éstos se impusieran a todos los peligros y dificulta- des del camino. Las expediciones normandas, las incur- siones musulmanas, los salteadores de caminos eran un gran obstáculo en el caminar. Asimismo, otros graves inconvenientes eran las inclemencias naturales: nieve, tempestades, inundaciones, rutas abruptas y montaño- sas, soles abrasadores en el verano y, como bien ha seña- lado Aymeric Picaud, aguas buenas y malas para saciar la sed, comidas dañinas e incluso ataques de animales como los perros de los caseríos y las propias fieras, como las manadas de lobos hambrientos y hasta los osos en los montes pirenaicos y los astur-leoneses. El peregrino de la Edad Media peregrina- ba movido por su fe y así lo hacían los “palmeros” que iban a los Santos lugares y volvían con las palmeras, los “romeros” que lo hacían a Roma y los “peregrinos” o “jacobistas”, también llamados “conchei- ros” por regresar de Galicia con las con- chas de vieira colgadas en su bordón o cosidas en sus hábitos. Una prueba de la fe que movía a los peregrinos la encon- tramos en la crónica de San Francisco de Asís que nos señala el motivo de su pere- grinación a Santiago: “Por la sua devozio- ne andò a San Giacome di Galicia”. En el Codex Calistinus , refiriéndose a los pere- grinos de ese momento, nos dice que “allí se dirigen los pobres, los ciegos, los ricos, los criminales, los caballeros, los nobles, los héroes, los próceres, los obispos, los abades, unos descalzos, otros cargando con hierros por motivos de penitencia”. Los caminos de Santiago fueron “además de rutas de religión, itinerarios comerciales, culturales, artísticos, vías de cambios arquitectónicos y técnicos, siempre protegidos por el poder político”. Por otra parte, se fomentó el asentamiento de francos y extranjeros para fomentar la repoblación de las ciudades que iban des- arrollándose a lo largo del Camino, así como barrios habitados por los ingeniosos judíos. Si bien los primeros peregrinos acudían a Compostela procedentes de los reinos de Asturias y Galicia en el siglo XI, los procedentes de Europa, si bien iniciaron su ruta por la cornisa Cantábrica, con la entrada por Somport y Roncesvalles abrieron nuevas rutas que confluirían en Puente la Reina para dar origen al que conocemos como Camino Francés, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Xacobeo 2010 Apóstol Santiago, Catedral, Santiago de Compostela. Foto: Juan F. Morillo. ITE, Ministerio de Educación.
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